A veces descubro tu nombre, a veces creo que
son
letras sin voz envuelto en inmensas sabanas azules,
en olas que danzan felices sobre el viento, en suspiro
que gritan tu nombre, siempre en esa
espera entre mirar
la hora y volver a mirarla
un instante después perdiendo
la noción del tiempo con el resto del mundo, en ecos
que rompen el silencio y llega hasta el rincón más profundo,
donde nos
buscábamos en las palabras que se pierden
cuando no son escritas.
Nos buscamos si, y no es que me sobre espacio, es que me
faltas tú para escribir, repetir y gritar tu
nombre.
Es la impaciencia que inunda mi boca, en silenciosas voces
que cantan tu nombre, cuando el amor
no es más que escribir y buscarte en los brazos de la noche.
Nos buscamos si, en los brazos que se
visten de luz.
Nos buscamos, siempre nos buscamos, cada vez que nos
pensamos y cada vez que nos amamos, cuando cruzamos
las miradas, cuando unimos nuestros labios, en las manos
impregnadas de fragancia que espigada queda en cada
parte de ti.
Nos buscamos si,
como la luna al mar reflejando su belleza.
Nos buscamos, si, bajo la almohada, entre las sabanas azules
que flotan en las nubes, en el amanecer y en la oscuridad,
con un solo proposito; unir tu alma con la mía y sentir la piel
que palpita en ese cause que
existe y desborda el alma,
buscando de a poquito ese lugarcito para vivirnos,
para soñarnos y
amarnos; simplemente nos buscamos
y nos encontramos en cualquier parte del cuerpo o del alma,
donde exista el más puro olor que
nos da el amor.
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