Hay algo en
tu mirada que reconozco con la misma
cercanía que se sienten las gotas de lluvia que
caen sobre mis rostro.
Hay algo en tus besos que se duermen en mis sueños
y amanecen en mis labios, que despiertan suspiros,
que enternecen, acarician,
que aprisionan
con suavidad, que endulzan la piel con su humedad.
Hay
algo en tus palabras que le dan vida al corazón,
al tiempo que se vive, que emana fantasías,
que me quita el sueño y me sorprende
en la obscuridad.
Hay algo en ti, en la
unión de los labios anhelados,
en la mirada serena, en la fragancia de tu pelo, en tus
besos que me
hacen volar, que me hacen sonreír,
perdiéndome por un momento en esa esencia real
de vida y suspiros.
Hay algo tan
suaves como el viento, tan dulce
como las palabras que calma los sentidos,
que
nos envuelve en amor, en caricias, en recuerdos, en dulces miradas, en las figuras que se
pintan
con besos taciturnos y largos, en las palabras que se
transforma en
caricia.
Hay algo en ti que se parece al viento y huele a silencio,
con alargadas alas de libre gaviota que me envuelven
en abrazos inexplicables.
Hay
algo en ti que tiene el más sensual de los aromas,
que se vuelve libertad, en melodías suaves que lleva
tu nombre, en palabras formuladas desde la
profundidad
del alma, de la fuerza que nos acompaña siempre, en un tiempo que nació sin
edad.
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