Me dejo llevar hasta donde
los pensamientos nos encontraron
alguna vez, escribiendo palabras exactas que
se confunden
con destellos de imagenes presentes. Con un despertar y un
movimiento
lento, tan suave y sutil, buscando detrás de cada
nube el momento perfecto de
cada silencio que tiene
el tiempo, atando nubes que se lleva el viento, manteniendo
despiertos los ojos después de cada sueño, y empezando
uno nuevo que tomará su
lugar la siguiente noche.
Sentada bajo la quietud de la luna, mirando como se enciende
por dentro y detrás
de cada nube robando el perfume del beso
que vuela rompiendo el aire, que tropieza
con los labios,
que desnuda el alma, que vaga por cada rincón, debajo de la
piel,
donde vive acariciando despacio y quedito todo el sentimiento
que es un
pedacito del corazón, de las sonrisas, de los besos que se
esconde tras las
líneas del tiempo, sobre los caminos de luz, con ojos
traviesos que miran
transcurrir los días, con sueños que acarician
de noche y despiertan con el
día.
Enamorados secretos que reiteran las palabras que se escriben desde
el
corazón. Eterna luz haciendo la danza inquieta, silenciosa,
bajo la mirada que se filtra en el cuarto por una rendija.
Ahí! en la esquina de la ventana
bañando de brillos color pastel
esta la Luna, esperando desnuda, tendiendo cada
noches sus brazos
amantes, entre los sentimientos y los murmullos que coinciden
con la esencia mágica de la sonrisa que todo lo cambia y, al igual
que tú, le
pregunto! Si hay una danza en cada una de ellas
para contar secretos y observar el firmamento, para empezar a volar
en letras, escribiendo a los amantes que se encuentranque deteniendo
el viento, formulando deseos, cuando los
pensamientos se juntan.