Existe un lugar
de donde el amor no escapa, un lugar donde el silencio encanta al más
distraído, donde la alegría está en el aire que se respira.
Bendecido es
aquel que lo conoce, que lo disfruta cada segundo, en un despertar, en una
sonrisa que siente el aroma y lo siente cada día rosando su vida, sutilmente
impalpable, en un beso, en una caricia, en un motivo cualquiera.
Existe en
cualquier lugar del mundo, pues está en el corazón de cualquier niño y
escondido en el recuerdo de alguien crecido, habita en el invisible corazón de
quien siempre ama. Brisa suavecita que agita la copa de los arboles, que
sensibiliza el alma y entra en el corazón para quedarse en el.
Dulce disfraz
de amor que sin pedir permiso invade tu vida y te lleva por ese mágico vuelo
que solo te dará felicidad en el corazón. Llena tus sentidos y motiva tu vida,
sonríe que sin más tu sonrisa es lo mejor que en tu cara verás, lo mejor que en
mi corazón encontrarás…
Así es el amor
aventurero, loco, travieso, ardiente, calmado, dulce, sincero, puro. Así es el amor, mar desbordante y sin
control, más tranquilo y dulce como manantial, tierno y puro cual brillante luz
bajo la luna, cual ocaso del día. Así es
el amor, loco y apasionado, el que siempre soñamos. Así es el amor amando con
la fuerza del bravo mar, con la furia del gran volcán, con dulzura de niña y
mujer. Así es el amor, de todas las maneras que se elevan al cielo y lo dice
todo en medio del silencio, en una mirada e inunda nuestro ser sin tocar la
piel.
De tejer día a
día con hilos dorados ilusiones, de volar nubes del color del cielo, de sembrar
rosales azules, rojos, blancos que cultiva el humilde corazón.
De bordar besos
en la orilla de los labios y deslizar los dedos por la piel.
El límite donde
el amor deja el sueño para estar en la realidad.